PARC
AGROFORESTAL DE TERRASSA. MONOGRÀFIC DEL LLAC PETIT O PANTÀ DE
CAN BOGUNYÀ. 8/10/2013.
Surto de
casa meva per agafar la carretera de Rellinars i, deixar el cotxe al lloc de
sempre. Són 3,8 Km i 15’.
Començo a caminar a les 8h55’.
En 45’, sóc
al LLAC PETIT O PANTÀ DE CAN BOGUNYÀ
– des de que conec l’història “macabra”, tinc com una mena de força interior
que m’impulsa a anar-hi, no sé si per veure
aparèixer un mort surant, un cotxe que de sobte surt
a la superfície, veure algú
tirant un bagul a
llac, ... . Doncs bé, arribo al llac i els dos
ànecs estaven molt a prop de la sorra , nedant i picotejant ( he fet bones
fotos ). Dono tota la volta al llac, poc a poc, per veure detalls del seu
contorn , uns 10’. De sobte , apareix
una boira baixa com si llisquès sobre l’aigua del llac ( espero es vegi a les
fotos ), quan he arribat no ni havia gens de boira , es més , el cel era blau i
amb pocs núvols. Per un moment, he pensat : que no surti un cadáver,…
Surto del
llac, en direcció a la Font de la Misèria i faig varis cercles pel labarint de
senders que hi ha , uns 20’ ( ara ja m’ho conec bastant ). Avui tinc reunió a
les 16h a Secot-Sabadell i la caminada l’haig de fer curta. Arribo a la Font de la Misèria, en 45’
EN TOTAL HE CAMINAT 2 hores i he fet unes 30 fotos. La temperatura molt bona i el
terreny el 90% pla.
Cito ,
textualment, sense traduir al català el relat de l’història del llac ( el més
complert que he trobat a internet, encara que està relatat de fa temps i al
principi , hi ha coses irrellevants ). Diu
:
Can Bogunyà: el pantano maldito de Terrassa
La leyenda negra del Llac Petit
No sé a
vosotros, pero a mí personalmente no hay cosa que me dé más “canguele” que un
pantano pequeño, oscuro y silencioso en plena noche. Quizás sea un trauma
infantil, cuando mi padre me llevaba de pesca nocturna a un pantano
cercano a mi pueblo y a las primeras de cambio se iba a dormir al coche… y allí
me quedaba yo, caña de pescar en mano disfrutando de los sonidos de las
alimañas nocturnas y de los azarosos chapoteos cercanos en aquellas negras y
frías aguas. Y eso que en aquel pantano, a diferencia del que os mostramos hoy,
no existía una larga lista de ahogados en extrañas circunstancias ni tampoco
existía a escasos metros de distancia un viejo hospital abandonado con una de
las leyendas negras más famosas del país. El pantano en el que nos damos hoy un
chapuzón se conoce como pantano de Can Bogunyà, o LLac Petit (Lago pequeño en
castellano antiguo), y se encuentra a unos seiscientos metros del conocido Hospital del
Torax de Terrassa ( hace años que dejó de funcionar, hoy su lugar lo ocupa el Parque
Audiovisual de Catalunya ) a unos veinte kilómetros de Barcelona. El pequeño
lago fue construido a principios del siglo pasado por el dueño de la finca,
posiblemente para tener una reserva de agua para el regadío de sus cosechas. La
cosa es que las cosechas desaparecieron y el pequeño lago de apenas diez mil
metros cúbicos quedó para uso y disfrute de ahogados, algunos naturales, otros
no tanto…
El primer
ahogado formal data de 1925, un tal Antolí Balbé, que inauguró el macabro
ranking del lago. A partir de ahí, el goteo de fiambres es constante hasta la
fecha. Con el paso de los años los fiambres que aparecen flotando en sus aguas
van aumentando sin hacer distinciones de ningún tipo; desde niños y
adolescentes que se ahogan porque sí, como los de toda la vida, hasta otros que
aparecen maniatados y envueltos en lonas.
Pese a la
cercanía del lago a una gran metrópolis como Barcelona, el lugar se encuentra
bastante aislado del mundo, rodeado de bosques de pinos y barrancos. No es de
extrañar que personajes un tanto oscuros lo tengan como lugar privilegiado para
deshacerse de lo que les sobra, y entiéndase por igual en las sobras tanto cadáveres
como vehículos de toda índole que según parece se amontonan en el fondo del
pantano. Los más vagos ni tan siquiera llegan al lago, y dejan a los cadáveres
en los barrancos de los aledaños, donde se han encontrado unos cuentos en los
últimos años.
Con semejante
currículum, no es de extrañar que los lugareños lo tengan como lugar maldito,
aunque posiblemente se trate más de un tema de precaución ante los vivos que de
miedo a los muertos, ya que lógicamente el lugar no está exento de
rumores sobre apariciones espectrales, voces y lamentos y otras historias
de índole paranormal.
Sobre este
último aspecto, poco podemos comentar ya que no existen testimonios serios.
Pero el que lo quiera comprobar no tiene más que acampar una noche junto al
lago, y si el tiempo se pone malo no hay problema, a un tiro de piedra no hay
que olvidar que está el Hospital del
Tórax ( hace años
que dejó de funcionar, hoy su lugar lo ocupa el Parque Audiovisual de Catalunya
), donde uno puede resguardarse de las inclemencias del tiempo y pasar una
noche de lo más tranquila y apacible.
AVUI EL LLOC DEL HOSPITAL
DEL TÒRAX L’OCUPA
EL PARC AUDIOVISUAL DE CATALUNYA.
8/10/2013
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