Villanueva de Sigena y Monasterio
de Santa María.
Villanueva de Sigena es una localidad y municipio español de la provincia de Huesca perteneciente a la comarca de Monegros, Aragón. Tiene una población de 512
habitantes (INE, 2010) y su término municipal abarca una extensión de
146,37 km².
El pueblo es
conocido por ser el lugar de nacimiento del teólogo heterodoxo y científico Miguel Servet. Desde 2002, existe un Centro de Interpretación en la casa
familiar restaurada, que es sede también del Instituto de Estudios Sigenenses
Miguel Servet.
En las inmediaciones se encuentra también el Real Monasterio de Sigena, cuyo retablo mayor fue pintado por el pintor renacentista conocido como Maestro de Sigena.
Monasterio de Santa María de Sigena.
HAGAMOS CULTURA:
El Real Monasterio de Santa María de Sigena es un monasterio de estilo cisterciense del siglo XII situado en el término municipal de Villanueva de Sigena (Monegros, Huesca) hecho construir por Sancha de Castilla (reina consorte de Alfonso II de Aragón) como monasterio destinado a religiosas hospitalarias procedentes en gran medida de los linajes de ricoshombres aragoneses.La fundación de Santa María de Sigena, con monjas de la Orden de San Juan de Jerusalén, tuvo lugar el día 23 de abril de 1188 por impulso de la reina Sancha, esposa del rey Alfonso II el Casto, en el que ingresaron, como «dueñas» o religiosas, destacadas mujeres de las más nobles familias aragonesas. Pronto formaron comunidad con tres clases o estamentos: sorores o domne (religiosas claustrales), iuniores (niñas educadas por las religiosas, que vivían en el monasterio) y media cruz (religiosas obedenciales y servidoras de la comunidad).
Las prioras del monasterio hasta 1292 fueron Ozenda de Lizana, Urraca de Entenza, Toda Ortiz, Elisenda de Querol e Inés de Benavente. Teresa Jiménez de Urrea fue priora desde 1292 hasta 1321 y fue sucedida por la infanta Blanca, hija del rey Jaime II de Aragón.
Historia
Comenzado a construir hacia 1183 y muerta en 1208 su reina fundadora, se inició una época de crisis que solo terminaría con la protección de Jaime I. Mediado el siglo XIII comenzó un nuevo declive económico, hasta que en 1298 Jaime II lo tomó bajo su amparo, con lo que se inauguró una nueva época de esplendor.Durante el priorato de Blanca de Aragón, en la primera mitad del siglo XIV, el monasterio se enriquecerá con tapices, retablos, pinturas y otros muebles y objetos de arte. En el largo interregno que cerró el Compromiso de Caspe en 1412, las «dueñas» de Sigena tomaron partido por el conde Jaime de Urgel, por lo que la nueva casa reinante, que nada tenía que ver con la dinastía fundadora, se olvidó de Sigena.
Durante los siglos XVI y XVII se mantuvo la vida monástica, regulada en 1588 con la aprobación del Libro Consueta o Tercera Regla, una adaptación de la regla redactada para este monasterio en 1188 por el obispo de Huesca, Ricardo. En aquellos años Sigena ya no era ni archivo real, ni corte, e incluso durante los siglos XVII y XVIII desapareció la vida comunal.
La Desamortización de 1835 le privó de la mayor parte de sus bienes y la comunidad fue obligada a abandonarlo, aunque regresaron a él algunos años más tarde, momento en el que se ejecutaron algunas obras de reconstrucción.
En agosto de 1936, en el ambiente anticlericista de la Guerra Civil Española, el monasterio fue incendiado y arrasado por una columna de milicianos anarquistas que se dirigían al frente de Huesca salvándose solamente la iglesia románica y el Panteón Real. Muchas obras de arte fueron destruidas o saqueadas y las tumbas de los reyes de Aragón fueron salvajemente profanadas.
Abandonado por las monjas de San Juan de Jerusalén a principios de la década de 1980, llegaron a Sigena en 1985 un grupo de religiosas de las Hermanas de Belén y de la Asunción de la Virgen, que actualmente lo habitan.
Desde 1950 se han llevado a cabo obras de reconstrucción en la iglesia, refectorio, sala capitular y claustro.
El archivo del monasterio
Los documentos del monasterio conservados hasta nuestros días se encuentran en el Archivo Histórico Provincial de Huesca donde ingresaron en 1941. La documentación está constituida por pergaminos, libros y legajos, fechados entre 1173 y 1923, que reflejan la historia del monasterio, su funcionamiento y la vida cotidiana de las monjas, a través de privilegios concedidos al monasterio, testamentos, escrituras notariales, ventas, donaciones, etc. Cabe destacar la serie de expedientes de limpieza de sangre (siglos XVII-XVIII) exigidos a las futuras monjas antes de su ingreso en el monasterio.También existen libros que describen documentos del convento gracias a los cuales se conocen muchos los que no se han conservado.
El archivo del monasterio albergó también documentos de los reyes de Aragón desde el reinado de Jaime I hasta 1308, año en que se decide su traslado al monasterio de San Juan de Jerusalén en Barcelona.
Arquitectura
Hoy en día, del importante conjunto medieval solo quedan en pie el templo y otras dependencias. En la plaza del monasterio se levantan la hospedería, las ruinas del palacio prioral y la iglesia. En el exterior de esta última destaca la portada, de estilo románico, y junto a ésta, un arcosolio hoy vacío. La torre de señales fue edificada en el siglo XII y junto a ella se levanta un sólido torreón rectangular, pétreo, de la antigua fortificación. En la cabecera se pueden observar dos ábsides —el central y el del lado de la Epístola— y el exterior del panteón de las religiosas, del siglo XVIII.El interior del templo, hoy vacío, tiene planta de cruz latina, una nave, un amplio crucero y tres capillas absidiales en la cabecera. Se cubre por bóvedas de cañón apuntadas sobre arcos fajones y el crucero lo hace con una bóveda de crucería. Quedan todavía algunos restos de las pinturas que decoraron sus muros. El panteón real se levanta en el lado izquierdo del crucero.
De traza románica, acoge las tumbas de piedra arenisca de la reina Sancha de Castilla (esposa de Alfonso II de Aragón) y de sus hijos, el rey Pedro II, la infanta Dulce y la condesa Leonor de Aragón. El coro ocupa los tres últimos tramos del cuerpo de la iglesia, pero ahora es al reves, y se separaba del resto del templo por un monumental paramento barroco.
El claustro es la parte más ruinosa del conjunto y su aspecto actual es fruto de la reconstrucción llevada a cabo por Chueca Goitia en 1974. Se encuentra en pie la nave paralela a la iglesia y la mitad de la que da acceso a la sala capitular, de la que se extrajeron las pinturas en 1936 su protección durante la Guerra Civil tras ser incendiado el monasterio, y que se conservan en el Museo Nacional de Arte de Cataluña, en Barcelona.
El antiguo refectorio sirve en la actualidad como capilla de la comunidad. De otras dependencias hay que citar los restos de los dormitorios de las religiosas y del palacio prioral.
El monasterio albergaba gran cantidad de pinturas murales, mobiliario y obras de arte, patrimonio del que se perdió gran parte con la Guerra Civil. Las pinturas de la sala capitular se extrajeron en 1936 para su
Conflicto sobre los bienes del monasterio de Sigena
Se planteó un conflicto entre los Gobiernos de Aragón y Cataluña por los bienes artísticos del monasterio de Sijena cuando fueron vendidos por las hermanas de la Orden de Malta, propietarias del convento, a la Generalidad de Cataluña.Las ventas, que tuvieron permiso eclesiástico, se realizaron en 1982 (44 piezas por 66 millones de pesetas) y 1992 y 1995 (52 piezas por 39 millones) y fueron parte de una permuta de terrenos. Las operaciones fueron denunciadas por el Gobierno de Aragón por considerar que tenía derecho de tanteo para adquirir las obras.
Según el Gobierno de Aragón, algunas de estas obras fueron compradas según la normativa legal, existe un segundo grupo que también fue adquirido legalmente por la Generalidad pero sin dar opción a Aragón a ejercer su derecho de tanteo, y finalmente hay un tercer grupo de piezas que están en depósito y siguen siendo propiedad de la orden.
Por fin, después de 14 años, el Tribunal Constitucional emitió su veredicto, en el que fue el asunto más antiguo y longevo del Tribunal Constitucional, en el que dio la razón a Cataluña y declaró inconstitucionales y nulas las dos disposiciones presentadas por los gobernantes aragoneses en 1998, en las que planteaban el derecho de retracto de esa comunidad.
Sin embargo, la Sentencia del Tribunal Constitucional ya decía que no entraba en la legalidad de la venta ni en la calificación de los bienes.
El abogado Jorge Español Fumanal en representación del Ayuntamiento de Villanueva de Sijena, no se rindió, e interpuso una demanda, junto con el Gobierno de Aragón, para declarar nulas las ventas del tesoro artístico del Monasterio de Sijena.
La demanda fue acogida favorablemente por el Juzgado de Primera Instancia número 1 de Huesca, que en Sentencia número 48/2015 de 8 de abril de 2015, una Sentencia pionera en la historia judicial española, decretó la nulidad de pleno derecho de esas ventas y la reintegración de dicho tesoro artístico vendido al Monasterio de Sijena dado que se trata de un monumento nacional indivisible y además las ventas se hicieron sin informar a las administraciones que tutelaban el monumento, aparte de que ni siquiera constaba que se pagara el precio.
El 25 de septiembre de 2015 se ha fijado la fecha de devolución de las piezas que tendrán que ser entregadas por la Generalitat de Cataluña y por el MNAC (Museo Nacional de Arte de Cataluña) en las dependencias del Monasterio aragonés en ejecución provisional de sentencia.
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